No fue posible para el Nacional, pese a plantar car y a tener un inicio brillante

Semana difícil para nuestro equipo nacional, la plaga de lesiones que se ceba con el club las últimas jornadas había alargado su sombra para oscurecer una semana de entrenamientos con altibajos, con jugadores tocados que asistieron a las sesiones con dificultades así como los que estaban recién recuperados para la causa o los que directamente no estaban. Y el calendario no perdona, sobre el papel no importa cual sea el estado físico del equipo.

Si la semana pasada nos tocó dejarnos el resto con un rival duro lo de esta semana era el hueso del grupo, primeros, invictos, un conjunto con experiencia, con un gran control del tempo y con dos torres que no tenían intención de dar tregua.

Los primeros diez minutos fueron para enmarcar, los nuestros salieron con las pilas puestas, una actividad defensiva como se nos presupone, negando los pases a la pintura con un trabajo excelente de los interiores, así como una gran labor de contención cuando los exteriores intentaban dividir, forzamos las perdidas del rival y eso nos permitió correr, jugar cómodos en nuestro ritmo desquiciando a un rival que precisaba de más calma.

El primer parcial de catorce arriba, pero los más positivo, por encima del resultado eran las sensaciones que el equipo transmitía.

El inicio del segundo cuarto mantuvo la misma tónica, manteniendo la diferencia durante algunos minutos más. Las rotaciones de final de segundo cuarto rompieron el equilibro, si bien hasta el momento estábamos mostrando una alto grado de concentración y oficio, durante este periplo nos despistamos en las últimas ayudas, perdiendo de vista el balón y permitiendo tiros debajo de canasta excesivamente cómodos, que propiciaron faltas tontas y algún que otro cabreo.

Al descanso nos fuimos con ventaja, sin embargo esas sensaciones antes mencionadas se evaporaban, a la par que las torres rivales parecían cobrar vida.

La segunda parte se reinició con sus pivots enchufados, comenzaron a cargar el rebote ofensivo con mucho más ahínco, sacando petróleo de jugadas con no demasiado sentido, si bien sus exteriores no lograban sacar demasiadas ventajas sus interiores nos hacían un siete, aún así nos manteníamos arriba en el marcador, el ritmo de juego seguía de nuestro lado y cuando corríamos obteníamos producción ya que su balance no era nada del otro mundo.

Perdonamos tiros fáciles y caímos en errores tontos en el momento de poder romper y con la diferencia mermando llegamos al último acto.

Si hasta ese momento el timón nos era favorable aquí se plantaron, sus ataques se estiraban esperando hasta los últimos segundos para atacar y su manera de cargar el rebote nos impedía correr. Un par de triples a tabla, así como algunas canastas inverosímiles de uno de sus postes nos hundieron la moral, la ofensiva no fue capaz de contrarrestar, lejos de jugar de forma ordenada siguiendo los esquemas nos volvimos locos, ejecutando malos tiros, tomando malas decisiones, y eso nos condenó.

No pudo ser pese a plantar car y a tener un inicio brillante.

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