Visita a un campo histórico del baloncesto de formación, la nevera, algo desmejorada, con un solo vestuario a compartir, con el deterioro y la falta de cuidado muy presente, desdibujando el nombre del club, aunque como es costumbre, con un conjunto a la altura de las circunstancias.
La diferencia entre ambos conjuntos era evidenciable antes de comenzar.
La comparativa de tamaño en los pares así como el fondo de banquillo era más que obvia y su intención durante todo el partido fue de correr y presionar lo cual nos fue mermando y sacando de quicio todo el encuentro.
Poca historia, falta de disciplina a la hora de afrontar las salidas de presión, que si bien cuando hicimos las cosas cómo estaban previstas sacamos contrataques claros que acabamos fallando por las precipitaciones.
El rebote volvió a ser un hándicap, el acierto en el tiro un dolor, y las faltas abajo, intentando contener a su torres cargó a más de la mitad del equipo desde los primeros compases.
A partir de ahí poca historia que contar, jugamos un partido malo contra un rival bueno, y eso se paga por todos los lados. Después de una semana entrenando el pase y corte, y las lecturas a la hora de asistir, nos olvidamos completamente de poner en práctica el trabajo.
Debemos seguir creciendo y exigiendo un poquito más cada día a esos jugadores a los que les falta dar un paso al frente o a los que están dando uno atrás.
Buen partido de Ignacio y Ruben.
Por David Aragonés