Este año el Pintorneo de navidad ha significado muchas cosas para mi, que procuraré narrar cual Hunter. S. Thompson, algo menos excesivo, por supuesto.
En primer lugar suponía volver al que fuera mi hogar en esto de la canasta, un torneo en el cual colaboré años anteriores y del cual guardaba muy gratos recuerdos, y como no, que ha supuesto un momento de reencuentros bonitos y otros no tanto, como siempre que uno regresa al punto de partida, y supongo que todas estas emociones encontradas lo convertían en algo más que un torneo con el cual completar el trimestre, de forma egoísta me apetecía ganar, sentirme vencedor en estas canchas, y por suerte, teniendo en cuenta como se está desarrollando el curso, no solo yo necesitaba ganar aquí, todos lo necesitábamos, junior A, B, Entrenador y los Padres también.
Todos queríamos aplaudir al público desde el centro de la pista por algo más que agradecer su apoyo incondicional en momentos dificiles, y esta era nuestra oportunidad de resarcirnos de un comienzo aciago de temporada.
La jornada fue madrugadora, primer partido contra los anfitriones, un encuentro sin demasiada lucidez en el que poco a poco, a través de rotaciones muy dinámicas y un aceptable sentido del ritmo fuimos desgastando al rival sin excesiva lucidez, con gran acierto en el tiro exterior y defensas a todo campo y contraataque.
No volvimos a jugar hasta el mediodía, los chicos pasaron la mañana en el burguer, unidos y haciendo piña, otro de los aspectos positivos que fomentan este tipo de competiciones.
Para el segundo partido les poseía la caraja, estómagos llenos, morriña y poca actitud, el rival no era un hueso especialmente duro sin embargo no dábamos pie con bola, el ritmo se pretendía pero sin finalizar bien los contraataques, perdiendo pases, sin consolidar bien la defensa a toda pista. Se mantuvo la igualdad en el marcador hasta entrado el último cuarto donde cogimos una ventaja cómoda que a punto estuvimos de desaprovechar en el carrusel final de faltas y tiros libres.
Un rato más tarde, bien despiertos después del susto, disputábamos el último partido, esta vez contra Villaviciosa, donde por fin dimos lo que se esperaba de nosotros, circulando el balón con mucho mejor criterio en las situaciones de estático y dominando el partido de pe a pa. Un gran encuentro que sirvió como broche final al torneo.
La entrega de trofeos fue divertida aunque estábamos más que agotados y con unas enormes ganas de irnos a casa, la organización estuvo muy bien, y los motivantes solidarios son de agradecer.
Un lujo participar, un honor ganar y sobre todo un divertimento y un aprendizaje, ahora, una vez abierta la senda de la victoria debemos intentar tomar este camino para lo que resta de año.