Esta mañana nos hemos levantado algo más tarde, aprovechando que no jugábamos y que podíamos estirar las horas de sueño, porque parece que no, pero 3 partidos en 4 días, alguno de ellos con una exigencia grande, desgasta y bastante.
Ana, Álvaro y Tomás se han levantado para despedir a nuestros invitados VIP, Verónica y Netinho. Se han ido contentos, por ver a sus compañeros de nuevo y ver que nada ha cambiado, y tristes, porque no sabemos cuánto tardaremos en vernos de nuevo. Es increíble como, a pesar de la distancia, las cosas siguen igual y el cariño intacto. Gracias a César y Ana, sus padres, por dejarlos estar con nosotros estos días.
Después hemos desayunado, para recargar pilas, unas tostadas, zumo de naranja natural y un buen cola-cao en “La Buena Vida” (que paradoja). De regreso al Hostel nos hemos puesto a hacer las maletas y recoger las habitaciones. Sabanas y toallas a un lado, mantas a otro, maletas en la consigna y a correr.
Como sobraba algo de tiempo nos hemos ido a dar una vuelta por el centro de Cartagena y el puerto. Bueno, si a dar una vuelta se le puede llamar ver como Tomás hace el ganso con su megáfono y sus calcetines de aguacates.
Tras “estirar” las piernas, comprar algún souvenir, hacer un poco el tonto y alguna que otra foto, tocaba comer, coger las maletas y al subirnos al autocar para poner rumbo de regreso a Madrid.
La experiencia ha sido espectacular y esperamos poder repetirla el año que viene con un nuevo destino y nuevos amigos que conocer. Que grande es este deporte, que nos une y nos hace tan felices.
1, 2, 3… LA PAZ!!!