En la tarde del lunes 26 de marzo, aprovechando las vacaciones de Semana Santa, hemos realizado una visita al Palacio Real de Madrid. Una visita en la que han participado tanto los jugadores y jugadoras de todas las categorías y sus familias.
Sobre las 15:00 horas estábamos en la estación de cercanías de Parla. Estábamos nerviosos, ya que no sabíamos muy bien que íbamos a ver y que íbamos a hacer. Sólo pensábamos en pasar una tarde con nuestros amigos y compañeros de baloncesto, esos con los que tanto tiempo pasamos y que al final de desconocidos pasan a ser compañeros inseparables de aventuras.
Pues aquí estábamos con un lío tremendo y nerviosos porque se nos escapaba un tren. «¿Qué pasa? ¿No nos vamos?», nos preguntábamos. Pero es que en la taquilla, justo delante de nosotros, había un señor que había perdido el abono. “Señor, que somos muchos!!!!”, pero no nos hacían caso. Lo que no tenemos muy claro es por que tardaron casi 20 minutos en despachar a este señor.
“No pasa nada, tranquilos, ya llegará otro…”, esas palabras nos tranquilizaron un poco, pero tampoco mucho. Al poco tiempo, unos 15 minutos (minuto arriba, minuto abajo), llegó el tren y nos subimos todos. Os podéis imaginar las caras de la gente al vernos subir a todos juntos y con un ambiente bastante festivo. Algunos miraban asombrados , otros murmuraban y los menos seguían a sus cosas. Una vez dentro del vagón el tiempo se nos pasó volando y llegamos a la estación de Sol.
¡Y vaya si hacía Sol! Madrid nos ha recibido con el mejor tiempo posible en estas fechas, pareciera que nos estaba esperando. Entre las consignas de Ana: “Todos juntos. ¡Vamos! ¡No os separéis!” y lo rápido que salieron los mayores (Cadetes e Infantiles) no sabíamos ni donde estábamos. Las miradas iban de un lado a otro entre la marabunta de gente, puestos de souvenirs (Chuvenirs) y puestos de comida (¡COMIDAAAAA….!) no nos daba la vida para más.
Después de un rato andando llegamos a la puerta del Palacio Real. Allí nos estaban esperando Carmen y Tomás y, por supuesto, nos pusimos a la cola con ellos. Aquí llegó el “mogollón” y el asombro del resto de personas de la fila. ¡¡¡¡Es que somos más de 50!!!! Imposible disimular… Nos pusieron en otra fila (sólo para nosotros) y cuando estuvimos todos nos dejaron pasar amablemente.
¡Qué emoción ya estamos dentro! Pasamos a la Plaza de la Armería, desde ahí nos hemos empezado a hacer una idea de lo grande que es este edificio. Paseamos y Ana nos dio unas breves explicaciones de lo que íbamos a ver (¡¡¡que lista es!!!) hasta llegar a la puerta de entrada al Palacio. Lo primero que vimos fue una escalera impresionante, el escudo de armas de la Casa Real y dos leones que custodiaban la escalera. Poco a poco comenzamos a subir los escalones hasta llegar arriba del todo. Allí comenzamos a observar con atención todos y cada uno de los detalles (cuadros, candelabros, cortinas, paredes, relojes, etc…)
A continuación entramos en la Sala de los Alabarderos. Mirábamos techos, espejos, mesas, sillas,… en definitiva TODO. A partir de aquí no se podían sacar fotos, y la verdad es que es una pena. “Que de cosas hay aquí y todo dorado y en colores brillantes” cada sala, y son 20 más o menos, era un “!Halaaaaaa¡”. Estábamos asombrados, admirados, y todas las palabras que puedan terminar en “ados” posibles. Es realmente impresionante que allí viviera solo una familia.
Lo que más nos ha impresionado ha sido el salón del trono. Aquí ha habido comentarios de todo tipo, pero el más escuchado ha sido algo relativo a “Mujeres y Hombres…”, por lo del trono supongo. El salón de porcelana es impresionante y el comedor de gala también, aquí hemos intentado reservar para la cena de la temporada que viene, pero parece que tienen mucho lío.
Una vez completado el recorrido hemos vuelto a la Plaza de la Armería y de allí hemos pasado a la escalinata de la Catedral de la Almudena. Nos han dado un huevo de Pascua, que nos hemos comido rápidamente, y hemos emprendido el regreso a casa.
En definitiva nos lo hemos pasado genial y estamos esperando con muchísimas ganas donde va a ser la siguiente. ¡CONTAD CONMIGO! ¡Y CONMIGO! ¡YO TAMBIÉN!