Un Encuentro Interclubes con alma de club por PABLO MAQUEDA

Estimadas familias. Ya han pasado una semana desde que volvimos del Encuentro Interclubes de Moraria y aún nos queda algo de resaca post-viaje después de la experiencia vivida. Tras la vuelta a la normalidad esta semana, os proponemos recordar lo vivido durante el puente de mayo por las tierras alicantinas.

El miércoles 1 empezamos este viaje desde el punto de encuentro habitual para estas salidas, el Supera de Parla. Salimos sobre las 8:40 hacia Moraira en lo que se esperaba un largo viaje y así acabó siendo.

Durante el trayecto cogimos algo de caravana debido a la salida de la mayoría de los madrileños por el puente, lo que nos llevó a hacer varias paradas primero para desayunar y luego para comer. A pesar de la duración del viaje, se notaba que los chicos tenían ganas del viaje y de estar con sus compañeros del club. Durante todo el trayecto hubo un ambiente muy agradable y de juego entre ellos.

La tarde del miércoles empezaría ya la jornada de partidos del viaje, en el Pabellón Polideportivo Municipal de Ondara. Llegamos alrededor de las 4 de la tarde y fue llegar y empezar a jugar. Los partidos se alargarían toda la tarde hasta los últimos encuentros, de manera simultánea, de los juniors masculino y femenino. Todos los chicos de cada categoría animaron sin descanso a sus compañeros de club y el ambiente fue genial, también con los padres y madres de los niños.

Queremos expresar nuestra más sincera gratitud a las Escoles Esportives Ondara por su disponibilidad, amabilidad y profesionalidad en todo momento. Agradecemos enormemente su compromiso con el desarrollo deportivo de nuestro viaje. ¡Gracias!

Una vez llegados al Albergue Juvenil La Marina, procedimos a ducharnos y a cenar que falta hacía después del viaje y de la tarde de partidos. Después de la cena, como es costumbre en nuestros viajes, reunimos a los chicos y les explicamos como se iban a desarrollar los siguientes días.

El jueves 2 fue nuestro primer día de playa. Una vez despertados los chicos, cogimos fuerzas en el desayuno y nos preparamos para la mañana de playa. Debido a la cercanía del albergue y la playa, fuimos andando hasta la misma. Cargados con nuestras toallas y bañadores, nos dirigimos a la playa de la Ampolla.

A pesar de no ser verano aún y de la temperatura del agua, algo fría para algunos, los niños se lo pasaron en grande en la playa: entre baños, partidos de vóley playa y algo de jugar con la arena. Una vez llegada la hora de comer subimos al albergue para darnos una ducha y comer antes de irnos a la segunda jornada de partidos.

Esta vez nos tocaba ir a Benidorm, al Palau d’Esports l’Illa. Nuevamente el ambiente entre todos los equipos de las distintas categorías fue genial, animándonos los unos a los otros en todo momento. Y de la misma manera que el día anterior y los demás días, los padres de los niños que viajaron para ver a sus hijos también se hicieron de notar con sus ánimos y energía.

También nos gustaría expresar nuestro más sincero agradecimiento al Club Baloncesto Benidorm por su disponibilidad, trabajo y cordialidad durante toda la tarde de partidos. ¡Gracias!

Tras los partidos de la tarde, nos subimos nuevamente al bus de vuelta al albergue para ducharnos y cenar. Tuvimos la reunión diaria de entrenadores mientras los chicos recogían las habitaciones y se preparaban para dormir.

El viernes 3 no hubo jornada de partidos, pero sí hicimos una de las cosas que más gusta a los chicos de estos viajes: el amigo invisible. Esta es una actividad que hacemos en cada torneo desde hace algunos años y a los niños les encanta. Fue un rato muy divertido y agradable para todos. Después de entregar todos los regalos fuimos al comedor a comer antes de irnos a la playa.

Por la tarde, nos dirigimos hacia Calpe, a la playa de la Fossa. Cogimos el bus para llegar hasta allí y pasamos toda la tarde en la playa. Los chicos se desfogaron jugando al futbol y en el agua, además de comprarse alguna que otra cosa, al “colega Alberto”. Una vez se hizo tarde, nos subimos de vuelta al bus y volvimos al albergue.

Después de las duchas y la cena, hicimos el Kahoot! Es otra de las actividades que nos gusta hacer con nuestros chicos, donde hacemos un test con preguntas de baloncesto y del club donde compiten entre ellos para ver quién sabe más.

Una vez llegadas las 12 de la noche, le cantamos el cumpleaños feliz a uno de nuestros jugadores, Marcos Rodríguez., jugador de nuestro Infantil Amarillo.

El sábado 4 era la última jornada de partidos y estuvo distribuida entre la mañana y la tarde. Esta vez jugábamos en el Colegio Público Pla de Barraques, en el Campello.

Por la mañana después de desayunar, preparar las mochilas y cargar los picnics que nos habían preparado desde el albergue para la comida, nos subimos al bus para ir hacia el Campello. En la franja de la mañana jugaron los más peques del club y nuestro junior femenino. Una vez acabados estos partidos, bajamos todos a la playa para comer y estar un rato jugando allí. A parte del picnic del albergue, encargamos unas pizzas para la comida y, como os podréis imaginar, les encantó.

Como luego jugaban el cadete y el junior masculino, nos dividimos en dos grupos: algunos de los peques subieron a verlos jugar y otros se quedaron más rato en la playa: ¡parecía que no se querían despegar del mar!

Nuevamente queremos expresar nuestro más sincero agradecimiento al Club Baloncesto Casino El Campello por su disponibilidad, trabajo y acogimiento durante todo el día. Su compromiso con y para nuestro club fue de agradecer. ¡Gracias!

Una vez acabados los últimos partidos, subió el grupo de la playa al colegio y desde allí salimos todos juntos hacia el albergue. Por el cumpleaños de Marcos, sus padres nos trajeron unas tartas para soplar las velas y comer entre todos.

Al ser la última noche que nos quedaba allí, después de la cena todos recogimos las habitaciones e hicimos las maletas para que a la mañana siguiente todo fuera más ágil. Dejamos todo en las habitaciones que nos iban a dejar más tiempo el domingo y nos fuimos a dormir.

El domingo 5 fue el último día de viaje. Para acabarlo de la mejor manera posible, bajamos a la playa para despedirnos. El domingo fue el cumple de otro jugador, Bruno Ruiz del Infantil Azul, y sus padres nos trajeron también unas tartas para que soplará las velas y sus compañeros de equipo le regalaron una foto de todos juntos firmada por cada jugador, un bonito detalle. Nos las comimos en la playa y pasamos allí los últimos momentos antes de volver al albergue a cargar las maletas. Cargamos un día más los picnics que nos prepararon en el albergue y nos subimos al bus.

Por último, queremos daros las gracias a todas las familias que habéis participado directa o indirectamente en este viaje. Gracias por, un año más, confiar en nosotros para que vuestros hijos sigan su trayectoria de baloncesto en el club. Estamos encantados de seguir formando y ayudando a vuestros hijos a crecer tanto como personas como en el ámbito del deporte.

Estos viajes son también una manera de juntar más si cabe a los jugadores de las distintas categorías dentro del club y que se estrechen los vínculos entre los chicos. Al fin y al cabo, ellos son el alma de este club y los que llevan nuestra filosofía de grupo allá donde jueguen. Estamos muy orgullosos de tenerlos en nuestro club y esperemos que el sentimiento sea mutuo.

Aquí nos despedimos, pero no se alejen mucho que aún quedan muchas más cosas por vivir juntos bajo el nombre de La Paz. Gracias nuevamente a todos y un abrazo enorme.

¡Vamos La Paz!

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